Con choripanes y bilardismo

Será cuestión de revisar los archivos o de hacer memoria sobre algo que difícilmente tenga un antecedente como el que se vivió en la jornada de ayer. Argentina probablemente sea uno de los pocos países donde el cierre de alianzas y candidaturas para una elección legislativa tenga la importancia, exagerada tal vez, que se le dio desde los medios de comunicación. Las causas de que se produzca tanta incertidumbre, tensión y expectativa frente a una fecha más (importante, si) de un proceso electoral que culmina recién en octubre son dos. Una, es la política económica excluyente de Mauricio Macri, el impacto que esta genera en los sectores más humildes, y en la clase media, y el desarrollo diario de un Gobierno que llegó augurando etapas de cambio para mejor, y qué lejos está de poder asegurar sus promesas en los datos duros de la realidad. La otra consecuencia es Cristina Fernández de Kirchner, nada más y nada menos. Cuesta encontrar otra palabra que no sea «contradicción» cuando nos referimos a la postura que toman los medios hegemónicos de comunicación al afirmar que el Kirchnerismo es un cadáver político, pero que luego en sus columnas de opinión le dedican a CFK no menos de tres notas de opinión, o, las tapas de todos los días.

Históricamente, las elecciones legislativas funcionan como un plebiscito del Gobierno Nacional, aunque no sea esta la función orgánica que cumplen, está claro que todos los Gobiernos la toman como una evaluación de su gestión parcial. Luego de la crisis del 2001, solo Néstor Kirchner, con Cristina en la boleta, ha podido triunfar en los comicios de medio termino. Este año cuesta encontrar una certeza a cerca del resultado electoral de agosto en un principio, y luego de octubre. Sin duda que la división del Peronismo, y la aparición de Randazzo, parecería favorecer a Cambiemos, aunque todavía no queda claro a quien perjudica, siendo Cristina, representando a la Unidad Ciudadana, la que cuenta con el mayor caudal de votos sólido e inamovible pero que no le garantizan el triunfo (el famoso núcleo duro) y Massa, con el sello de 1País, siendo el pescador de los votos «ni», fiel a su estilo político pero que le puede dar mucho rédito político y hasta podría ser poco sorpresivo que su fuerza alcance el segundo lugar.

Cambiemos no ha podido encontrar un candidato fuerte en la Provincia de Buenos Aires (a diferencia de la Ciudad, donde siempre triunfa y reafirma su favoritismo con Carrió presente), y la designación de Esteban Bullrich puede ser vista como una provocación hacia el colectivo docente que esté año todavía no resolvió su situación salarial luego de una serie de ofertas totalmente irrisorias y, lo que es peor, la no convocatoria a la paritaria nacional de la que es responsable el actual ministro de educación. Macri y Vidal apostaron al poder de la marca «Cambiemos» y a nuclear a esa gente que, pese a estar sufriendo las medidas gubernamentales, sigue cegada por el encubrimiento de Clarín y es capaz de confirmar su apoyo con tal de «evitar volver al pasado». De todas maneras, parece difícil que el oficialismo no pierda votos, porque, pese a cualquier tipo de blindaje existente, la realidad no sé puede tapar y hay un gran sector de la sociedad que está descontenta con el Gobierno, pero que no ve tampoco con buenos ojos la figura de Cristina, y ahí es en donde Massa buscará aparecer ofreciéndose como una alternativa «distinta» que vaya más allá de la polarización. De todas maneras, el tigrense jamás se ha mostrado firmemente opositor a las políticas devastadoras llevadas adelante por Mauricio Macri, y ya ha dejado en claro que su objetivo no es confrontar con​ Cambiemos, sino con Cristina, para «frenarla». Otra muestra más de que esta elección gira en torno a la candidatura de la ex presidenta, la única dirigente capaz de lanzar un frente electoral con cien mil personas escuchándola.

La consigna de un «frente ciudadano» nació el 13 de abril del año pasado, cuando Cristina dio su primer discurso estando Macri en el Gobierno. El argumento de «construir la unidad» giró en torno a las necesidades de la gente, comparando las políticas llevadas a cabo por los distintos modelos y preguntándole a la mayoría de la población como estaba antes y como está ahora, refiriéndose a abril del 2016. Hoy, esto no se ha modificado en cuanto al contenido discursivo de CFK, si en el tono y en la manera en que habló el martes pasado en Sarandí. Muchos lo han comparado con la política comunicacional de Durán Barba. Podemos decir que es cierto si recordamos que en el acto de la, hoy precandidata a Senadora, no había banderas de agrupaciones partidarias (pedido específico, aludiendo a solo ver la bandera argentina, en su día), la duración del discurso fue corta y, lo más destacado de la jornada, estuvo representada la «gente de a pie» más afectada por la coyuntura. Obviamente, que el contenido de las palabras de Cristina no se pueden comparar ni un poco con el de Macri, u otro funcionario que siga las recomendaciones del asesor ecuatoriano.

La lista de «Unidad Ciudadana» ha tenido sorpresas. Taiana, hombre fuerte del Movimiento Evita que hoy acompaña a Randazzo, será candidato a segundo senador en lo que demuestra una cierta amplitud hacia otros sectores, algo que se le venía reclamando hace rato a las agrupaciones más kirchneristas. Los primeros dos lugares de la lista de diputados representan a la economía, con Fernanda Vallejos y a la ciencia con Roberto Salvarezza. Dos nombres sin prensa y que no pertenecen a la agenda diaria del Grupo Clarín (hasta hoy). Claramente, el objetivo de que estos precandidatos ocupen lugares tan importantes, es el incluir los sectores más golpeados por el Gobierno, y en donde seguramente este pierda votos. Espinoza, será quien aporte La Matanza (donde siempre el Peronismo tiene muchos votos), Siley y Yasky personifican a los sindicatos y Daniel Scioli, es sinónimo de lealtad y compromiso con un proyecto y objetivo político, lo demuestra aceptando un quinto lugar que para otros dirigentes hubiera sido «una falta de respeto a su trayectoria y envergadura». Aquellos mensajes de Cristina como  «cada uno tiene un dirigente adentro» , o «dejo un país cómodo para la gente, no para los dirigentes» se ven reflejados en esta lista que armó para y con un único objetivo: Evitar un ajuste que será recordado como el más feroz en años en la historia argentina. Y para esto, es necesario ganar o ganar en octubre, apelando a la vieja filosofía bilardista en donde no importa el como sino el que, el objetivo final. Unidad Ciudadana es el frente que tiene más chances de establecer una política de gobierno que sea antagónica a la que Mauricio Macri está llevando adelante, porque es el único que ha presentado la propuesta en una plataforma accesible a cualquiera y que, creo yo, tiene serias chances de luego proyectarse en el Congreso Nacional.

De Randazzo se ha dicho mucho ya. Desde lo personal considero que lo mejor hubiera sido una lista de unidad, quizás con las PASO de por medio, o quizás no pero la realidad es que no se pudo. La realidad también marca que hoy la fuerza que integra el ex ministro de transporte no suma más que el 10% de los votos, por lo cual se ha rumoreado que sus intendentes le pidieron un esfuerzo máximo para poder ir a la unidad con Cristina, pese a que esto no se haya logrado. Sin dudas que ambos sectores tienen razón en lo que plantean (díganme tibio si quieren), pero no se puede negar que Cristina es hoy la dirigente con más trayectoria e importancia en la oposición, y la verdad, es que en estos momentos donde la gente está sufriendo mucho ponerse a discutir cargos y lugares en las listas tiende a alejarse de lo importante, que es como parar a Macri, todos juntos. Quizás esto se pueda ver reflejado en un futuro Congreso, pero para esto falta realmente un montón.

Serán unas elecciones muy reñidas y de acá a octubre va a correr muchísima agua debajo del puente. El partido ya comenzó, y hoy, lo que importa es ganar. Cueste lo que cueste.

Alejo Spinosa

@AleLVP

 

 

La unidad que se separa

De acá a fines de junio no vamos a hablar de otra cosa que no sea el armado electoral del partido más numeroso, abarcativo e importante de la Argentina, el Peronismo. Más allá del desastroso Gobierno de Macri que parece haber hecho la plancha hasta octubre, no podemos negar que la incógnita hoy en día es que va a pasar con el PJ, con Cristina y con Randazzo de cara a las PASO de agosto, siendo los únicos que todavía no definieron sin tendrán o no internas.

El Peronismo siempre tuvo diferencias, justamente por ser tan grande y por contener a tantos dirigentes. Las internas siempre existieron, de manera cerrada o abierta pero siempre existieron. Pero, la pregunta es. ¿Vale la pena exponer tan abiertamente estas diferencias, que son pura y exclusivamente de manejos y liderazgos, cuando la mayoría del pueblo argentino la está pasando realmente mal? Habiendo tenido la experiencia de la Provincia de Buenos Aires en 2015, ¿es necesaria una interna que demuestre tanto y que encima habilite a todos aquellos votantes no peronistas a votar en contra de algún candidato? ( a menos que esto último sea lo que quieran algunos). Cristina es la que tiene más intendentes, más votos y más gente atrás, eso está claro. Pero ya marcó su postura respecto a las Primarias, donde dijo que, en este momento, hay que construir la unidad desde agosto en adelante para frenar este ajuste. Del otro lado aparece Randazzo, un político tan eficiente como egocéntrico y personalista (como muchos, es cierto). El ex ministro de Transporte plantea un armado distinto al de CFK, con quien tuvo cruces fuertes en 2015 cuando no lo dejó competir por la presidencia, que renueve al Peronismo y se escude en que «con Cristina conduciendo perdimos dos elecciones seguidas». Lo cierto es que Randazzo no cuenta con más apoyo que el de tres intendentes, el Movimiento Evita y algunos sindicalistas. Hoy, en una interna, Cristina lo pasa por arriba a él y a cualquiera. Pero bien, pongámonos a analizar las virtudes y falencias de ambos sectores.

Es cierto que estratégicamente Cristina no ha tomado buenas decisiones en cuanto a la definición de candidaturas cuando fue Presidenta. También es cierto que La Campora excluye, y seguramente sean ellos quien hayan manejado la lapicera hasta aquí. Pero ahora aparecen nuevos actores muy importantes en el armado de las listas: Los intendentes. Sin ningún peronista en alguno de los Gobiernos más importantes, son los jefes comunales los que tomaron el liderazgo en este tiempo y quienes serán clave para definir como irá el PJ en agosto. Secco, Ferraresi, Durañona, Magario, Insaurralde y Sujarchuk son algunos de los nombres de los intendentes que han pedido con firmeza la candidatura de la ex Presidenta (que no estaba en sus plantes, vale aclarar). El argumento es simple. En los barrios, donde más se siente el ajuste feroz de este Gobierno, es donde la gente pide «por Cristina» y es donde el Peronismo-Kirchnerismo se hizo fuerte en estos últimos años. Si el tercer cordón del Conurbano Bonaerense ha pedido, casi en su totalidad, por la candidatura de CFK no hay mucha más vuelta que darle. Cristina no solo es la que más mide en las encuestas, sino también la única que ha presentado una propuesta programática con políticas de gestión claras que vayan más allá de las frases de campaña. Este sector, con Espinoza como vocero y negociador, ha apostado a la unión de cara a agosto y le ha ofrecido a Florencio Randazzo encabezar la lista de diputados, algo que este rechazó seguramente por no tener garantizado la inclusión de sus hombres más importantes (aunque esto no es lo que se dice oficialmente). Si el ex ministro encabezara hoy la propuesta del FPV en diputados, no tengo dudas de que sería un candidato firme y con solvencia para competir en el 2019, ya con CFK fuera de esa contienda, como ella manifestó.

Nos toca hablar, ahora si, de Randazzo y sus aliados. La pregunta que muchos nos hacemos es ¿donde estuvo Randazzo en este año y medio? Bueno, aparentemente aparecería este viernes 9 de junio anunciando su candidatura a las PASO del PJ. La idea que su sector plantea es la de «renovar» el Peronismo, obviamente con el argumento más que válido de haber perdido en Provincia y a nivel Nacional en el 2015 (con traiciones de por medio). Esta propuesta es totalmente entendible, pero no se puede esperar una conducción de un partido tan importante sin su líder, que es Cristina. Randazzo quiere liderar, esto está claro, pero lo quiere hacer teniendo atrás apenas a los intendentes de Hurlingham, Bolivar y San Martín, más Hector Daer y el Movimiento Evita. Todos sectores que han manifestado que «no creen que CFK sea candidata», aludiendo más a una expresión de deseo que a un dato certero, sabiendo el resultado que obtendrían de salir a disputarle una interna. Entonces, si vos tenés una intención de voto no superior al 10%, ¿que buscás yendo a una interna en donde hasta ellos mismos saben que van a perder? ¿la representación en las listas? Puede ser, pero sería mucho mas conveniente para todos que esta se de en el marco de la unidad. Un político como Randazzo sería un gran compañero de fórmula para la ex Presidenta, y, de nuevo, sabiendo que tiene un potencial enorme para ascender políticamente pero que es superado por sus egos e intereses personales Además. ¿Podemos garantizar que quienes acompañen a Randazzo, de llegar al Congreso, sean verdaderos opositores a Macri?

Del lado del de Chivilcoy insiste con las PASO, algo que hoy, parece díficil luego de que el Kirchnerismo haya preparado el plan de presentar una lista única con la estructura del PJ Bonaerense más sus intendentes y que deje a Randazzo afuera. De más esta decir, que este último tiene los argumentos legales para ir a una interna, por más descabellado que esto pueda parecer. Para ir terminando, no está en los planes del «Flaco» ir por afuera porque esto favorecería a Cambiemos en octubre, pero tampoco parece haber otra alternativa, más allá de las mencionadas, por el lado del FPV. Se vendrá una disputa que puede llegar a la justicia y que, realmente, no beneficia a nadie más que a Macri que, con su grupo de especialistas en campañas electorales, intentará profundizar su ajuste en octubre.

Esperemos poder tener unidad, antes o después de las PASO. Necesitamos de un Peronismo fuerte, con candidatos sólidos y convencidos de que hay que ir a estar elecciones con una propuesta clara y que se encargue de frenar a este Gobierno que busca destruir al pueblo argentino.

Alejo Spinosa

@AleLVP