La era de la violencia

El título de esta nota podría parecer un poco excesivo o hasta incluso con cierta intención de generar un clima de violencia en la Argentina, pero créanme que en la Argentina de Macri la famosa grieta se acrecienta cada vez más y viene recargada, en este caso con represión, compra de armas, uso desmedido de las fuerzas y ataques a los gobernadores, como lo que pasó ayer en Santa Cruz. El Gobierno de Cambiemos dejó de lado las fotos con Antonia y los globos para tomar los palos y los gases, acompañados de frases de sus funcionarios puramente despectivas y ofensivas hacia el Kirchnerismo y sus representantes.

De más está decir que los objetivos de Macri cada vez van quedando más lejos. La inflación no baja, la pobreza sube y las inversiones no llegan. ¿Esperaban otra cosa con las medidas que han tomado? Y a esto se le suman movilizaciones todos los días luego de un marzo que quedará en la historia y conflictos con los trabajadores que lejos están de resolverse, como el caso de los docentes. Todo esto hace que el Gobierno se ponga cada vez más autoritario y con impotencia por no poder lograr sus metas. La solución para ellos termina siendo la represión, avalada por una parte de la sociedad. De todas maneras esto último no justifica el accionar de las fuerzas policiales en los últimos meses. Desde los piqueteros hasta los maestros, desde el comedor infantil de Lanús hasta los estudiantes de la UNJU, todos han recibido palos, detenciones e intimidación policial sin justificación. Ya teníamos claro que al Gobierno no le gustaban las manifestaciones en su contra (¿a que Gobierno le gusta?), y también sabíamos que tarde o temprano iba a llegar la represión justificada bajo el famoso «orden».

Ahora bien, estas situaciones de descontrol de las fuerzas policiales no están aisladas de lo que pasa en el país. Ayer nos enteramos del terrible ataque sufrido por Alicia Kirchner y Cristina en la residencia de la Gobernadora Santacruceña, donde se encontraba también una beba de 18 meses. Luego llegó la información de que fue una de las tantas operaciones lideradas por Clarín y Macri, que en este caso puso en riesgo la vida de Cristina y su familia. La policía actuó para frenar los ataques y quedará para la discusión si esto también es represión o no. Lo cierto es que la violencia en la Argentina es cada día mas notoria, y va desde hechos concretos como el que describíamos hasta cruces verbales y dichos que tienen como protagonistas a los funcionarios del Gobierno. Y todo esto no tiene otro culpable que no sea el Presidente de la Nación, el mismo que prometió «unir a los argentinos», tremendo y eficiente slogan de campaña que luego resultó no más que eso.

Es Macri el violento, el primero en atacar a los «choripaneros», el que habla de «mafias sindicales» cuando le hacen un paro general (bastante demorado por cierto), el que dice que a Baradel no necesita que nadie lo cuide y después manda la cana a que reprima los docentes. De algún lado viene esta violencia, la grieta se profundizó más que nunca y no solo tienen la culpa los funcionarios del Gobierno por sus dichos, sino también por sus medidas, totalmente antipopulares y con claro destino de perjudicar las grandes mayorías de la Argentina que luego salen a manifestarse con total razón y se los termina tildando de «desestabilizadores», o de «querer que el cambio fracase», etc. Y es ahí donde comienza la violencia, es ahí donde el Gobierno entra en el juego constante de querer confrontar contra todo lo que se le oponga, empezando por el Kirchnerismo. Se envalentonaron con la marcha del 1A, que supuestamente fue en «defensa de la Democracia y la república» pero que terminó siendo totalmente gorila y anti kirchnerista, con un nivel de violencia que les aseguro no tiene ninguna movilización convocada por sindicatos, partidos políticos y movimientos sociales.

Hablábamos arriba de la confrontación sistemática que Cambiemos tiene para con el Kirchnerismo en este año electoral. El odio y el revanchismo que muestra una parte de la ciudadanía hacia la figura de Cristina, o cualquier candidato Peronista/Kirchnerista que se presente, es impulsado notoriamente desde las filas gubernamentales que ya han fijado la estrategia electoral: Polarizar con Cristina. Por eso es que no resultaría del todo conveniente que la ex Presidenta saliera a la cancha en agosto a disputar una paso y luego, de resultar ganadora, a enfrentar a Macri y compañía. Esto último sería darle el gusto al Gobierno de profundizar el nivel de violencia mostrado en los últimos meses.

En resumen. La violencia está más presente que nunca, Macri ya definió su manera de actuar de ahora en adelante y sobre todo si está preparando el ajuste más brutal para después de las elecciones. Como se suele decir: El modelo no cierra sin represión. Si a esto le sumamos los comentarios de periodistas como Baby Etchecopar donde se muestra orgulloso y feliz por los palos para los docentes, queda claro que al Gobierno no le va a temblar el pulso cuando haya que sacar las fuerzas a la calle y encima con armamento nuevo, traído directamente desde los Estados Unidos para ser utilizado frente a los piquetes y las movilizaciones. No siempre los Presidentes tienen que actuar frente a lo que le piden sus votantes. Habrá que tener cuidado y ser inteligentes. Preparemosnos  para unas elecciones, y ojalá me equivoque, muy violentas.

@AleLVP

Alejo Spinosa

¿Hasta que punto sirve dar el debate?

No voy a negar que la marcha del sábado sorprendió a muchos (me incluyo), sobre todo por la cantidad de gente que fue, que, si bien no se compara con el promedio de 400.000 personas en cada plaza de este marzo, tuvo una concurrencia bastante numerosa. Pero creo que es necesario ir más allá de si fue mucha o poca gente, lo más importante en estos casos es la consigna con la cual se convoca y si realmente tuvo el significado que se le quizo dar. Las palabras «Democracia» y «República» fueron las principales banderas con la cual se difundió esta movilización «en contra de los golpistas». De la Democracia y su definición ya hemos hablado , de los otros términos podemos decir que: La república no está siendo muy bien representada en un país donde Milagro Sala sigue presa y donde se manipulan jueces y fiscales y que lo otro es más de lo mismo, cuando los simpatizantes de Cambiemos salen a manifestarse es «Democracia» (si, más allá de que digan que los Montoneros estuvieron bien desaparecidos y que hay que matar a la yegua), ahora, cuando lo hace la oposición y los sindicatos es un intento destituyente.

Todo esto fue una síntesis de lo que pensábamos que podía llegar a ser la movilización del pasado sábado, pero no lo que terminó siendo. Una marcha puramente clasista y antiperonista. Clasista porque nuevamente se volvió a atacar y a agredir «democraticamente» a la clase baja, a los que van en micros de sus sindicatos a las marchas, y a los que comen choripán acusándolos de no saber porque realmente van a las movilizaciones, y aduciendo que los «llevan» como si fueran ganado, solo para hacer número (remitiéndose a la teoría asquerosa de Gonzalez Fraga) . Estas ideas que parecieran quedar reducidas a un grupo tal vez mínimo de ciudadanos son legitimadas por el Presidente en un vídeo en su cuenta de Twitter, representando así, a un sector importante de la sociedad. Decíamos antes que esta movilización se transformó en una marcha aniperonista y antikirchnerista finalmente, porque, nuevamente, se volvió a insultar a Cristina, al Peronismo y a un Gobierno que ya hace rato que dejó el poder, cuando Clarín mismo dice que «el Kirchnerismo no existe más» pero luego se contradice atacando a CFK con supuestos hechos de corrupción e incluyendo al Gobierno anterior en todos los errores de Cambiemos. En resumen. Se buscó movilizar en defensa de una Democracia que hoy parece inexistente y se terminó hablando de choripantes, micros y «gente bien que fue con la SUBE por motus propio» (debo admitir que las señoras gritando «vinimos con la SUBE» me dio mucha más risa que cualquier comedia).

Vamos a entrar ahora en el título de esta nota, y en la pregunta que este refleja. ¿Hasta cuando sirve dar el debate? Esto me lo pregunto simplemente porque creo que hace rato ya que aquellos que queremos debatir, discutir o poner en la mesa nuestras opiniones nos encontramos, del otro lado de la grieta, con argumentos con muy poco contenido y cargados de agravios e insultos. Ahí entonces nos damos cuenta que el nivel de discusión que puede tener cierta parte de la sociedad esta muy lejos de aquél que poseen aquellos que, o salieron a manifestarse el sábado pasado, o militan a través de las redes sociales. Es decir, cuando uno pretende dar el debate de manera profunda, que tan bien nos hace, se encuentra con un interlocutor que repite o slogans de campaña o tapas de Clarín, pero nunca habla de Políticas de Estado, que es lo que realmente se necesita debatir. Actualmente me empiezo a dar cuenta que el debate y la discusión política en la Argentina hoy está muy devaluados y rebajados a chicanas y odio de clase, vale aclarar que hay varios programas de televisión que representan este tipo de discusiones. La grieta siempre existió en la Argentina (polarización de ideas que le dicen), quizás ahora se manifieste con más fuerza también por culpa de los medios masivos de comunicación y, obviamente, por las políticas tomadas por Macri para empobrecer a la sociedad. El problema es cuando esta grieta o polarización queda reducida a si sos «K» o «M» y no si estas de acuerdo o no con tal medida tomada por el Gobierno por ejemplo. De hecho pareciera que la crítica y el reconocimiento de errores quedan totalmente de lado por ciertas personas, que, por más que les duela el bolsillo desde el 10 de diciembre del 2015, defienden a capa y espada un plan de ajuste feroz que te convierte en un «choripanero Kirchnerista grasa mantenido por el Estado» si sos capaz de criticarlo y poner evidencia lo mal que le hace a las grandes mayorías populares.

Es importante el análisis, el debate y el intercambio de ideas entre varias organizaciones políticas y ciudadanos con pensamientos opuestos o distintos, pero no de la manera que el Gobierno, que es responsable y agitador por más que se quiera despegar, quiere imponer, con confrontación constante, insultos, desprestigios y mentiras. Esto último, que ellos tienen la caradurez de llamarle «diálogo» no es más que rebajarse a la apolítica y entrar en el juego de la perversidad de ciertos funcionarios actuales.

PD: Estoy seguro que les gusta el choripán más que a muchos de los que fuimos a las marchas de marzo.

Alejo Spinosa

@AleLVP