Cuando la apolítica se sienta en el sillón de la Rosada

Divagando por Internet encontré una nota que me llamó mucho la atención , el tema central era el paro que por fin anunció la CGT para el próximo 7 de marzo y la respuesta del Presidente fue, además del titulo de la nota, «No hay que ponerse hacer política porque empieza el año electoral». Sinceramente me puso muy mal, pero no porque Macri vaya y hable mal de los sindicatos y hasta mienta descaradamente diciendo que se están generando puestos de trabajo, eso ya es parte de la rutina. Lo que realmente me puso mal es que sea el Presidente, el sujeto con mayor responsabilidad y representación política de una Nación el que diga «no hay que hacer política», y no es la primera vez que lo dice. Sabemos que lo que quiso decir el primer mandatario fue que los sindicatos están haciendo campaña para que el Kirchnerismo gane las elecciones en octubre, algo que también se lo escuchamos decir a Vidal y su gabinete. Luego de leer esta frase recordé quienes son los que nos están gobernando, aquellos que no les interesa la política y que solo vinieron a hacer sus propios negocios. Ceos y empresarios que apelan al tecnicismo para gobernar sin tener la más mínima idea de como se maneja un país, y vale aclararlo, no es lo mismo que gestionar una empresa.

En reiteradas ocasiones me he referido a la «apolítica» y como influye esta en el día a día de la sociedad (https://ladeskarga.wordpress.com/2016/07/). Hemos analizado que hay una gran parte de la ciudadanía que no le interesa involucrarse en política, aunque indirectamente lo estén haciendo, y luego votan a aquel que les vende espejitos de colores. A Cambiemos no le interesa la política, a Macri le aburre y la militancia la relaciona con personas adoctrinadas para responder a cierta figura o dirigente, sin tener pensamiento crítico alguno y a los que hacen paro se los define como «vagos que no quieren laburar. Pero hay que tener en claro algo, cuando la apolítica llega al poder hace desastres. Y no me refiero solo al neoliberalismo, que estuvo cargado de mucho más contenido político en los Gobiernos de Menem y que aún allí destruyó el país. En Cambiemos no hay políticos, o los contamos con los dedos de la mano. Macri llegó al poder para seguir haciendo sus negocios con el Estado, esta vez desde ambos lados del mostrador. A la hora de gobernar improvisa y solo beneficia a los más ricos.

Hace unas semanas hablábamos del «si pasa, pasa» del Gobierno. Ahí queda demostrado la poca muñeca política que tienen quienes nos gobiernan. ¿Como puede estar cuatro años un Presidente gobernando así? ¿Tirando medidas y echándose atrás, para luego pedir disculpas y «asumir el error porque es humano»?. De más está decir que esto, además de improvisación, es algo que realmente quiere poner sobre la mesa pero que tiene tanto rechazo que lo obliga a retroceder. La nula capacidad de gobernar (para todos) un país queda demostrada en casos como: el correo, las tarifas, los jubilados, los jueces de la Corte, los feriados, etc.

Está claro que Menem, a pesar de perseguir los mismos objetivos que Macri, era mucho más político. De todas maneras, la aparición del hoy Presidente en la política nacional hizo recordar a los noventa y su dirigencia, por eso es que parece imperdonable que Cambiemos haya conseguido los votos de gente que sufrió aquella década pero que luego fue engañada por la alianza de los globos y la alegría. Pero la gran diferencia entre estos dos gobiernos pasa por lo que existió en el medio, que fue el Kirchnerismo. Con la llega de Nestor Kirchner a la Presidencia, con un escueto porcentaje de votos, se empezó a alejar el «que se vayan todos» y la política volvió a crecer, luego vino Cristina y las calles volvieron a estar pobladas de ciudadanos conmemorando una fecha patria, o repudiando el Golpe de Estado del 76. Por esto último es que Macri habla de «hacer política» como si fuera algo malo y perjudicial para los argentinos. Quedó clarísimo que al Gobierno le molestan las movilizaciones, los actos, las marchas en defensa de lo logrado en la última década, en definitiva, le molesta la política. Y este es el pensamiento de gran parte de la sociedad, aquellos defensores de la «meritocracia» que vieron en Macri el candidato ideal que representa sus ideas.

Volviendo a la actualidad y al Gobierno de la apolítica o la anti-política, será cuestión de tiempo ver si Macri y los suyos pueden sostenerse gobernando de esta manera, mientras los escándalos de corrupción salen a la luz y se tornan cada día mas groseros, dejando en evidencia que son empresarios que vinieron a reinstalar la Patria contratista, pero con ellos directamente, nada de intermediarios. En resumen, Macri y los Ceos que hoy nos gobiernan vinieron con el plan de seguir haciendo sus negocios a costa del Estado (conflicto de intereses de por medio), en el medio deben gobernar y tratar de parecerse a dirigentes políticos (en su intento hacen desastres y empobrecen a las grandes mayorías de una manera atroz), para ello cuentan con medios que los cubren de una manera fenomenal hablando del Kirchnerismo y criticando a la oposición,. Por más que intenten disimularlo, sabemos todos que no les interesa la política, y lamentablemente representan una parte considerable de la ciudadanía argentina. Pero del otro lado estamos aquellos que si creemos en la política y la consideramos una ayuda verdadera para la gente, gobiernos como los que vivimos en los últimos años ratifican esta idea.

Alejo Spinosa

@AleLVP

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