Muchas cosas pasaron desde la última vez que escribí una nota aquí, allá (lejos quedó) por el 18 de octubre. Las cosas hoy son distintas, no tanto en Argentina, y en gran parte se debe al batacazo electoral que dio Donald Trump al consagrarse como Presidente de los Estados Unidos por el Partido Republicano.
Arranquemos por ahí. La noche del martes 8 de noviembre se cerraba con la tendencia, luego definitiva, que daba a Trump como el ganador luego de haber triunfado en estados claves como lo fueron La Florida o Pennsylvania. Trump alcanzaba los 270 votos necesarios del colegio electoral (290 ahora) y , con el 47,3%, se quedaba con la presidencia (Hillary sacó 47,8%, pero no alcanzó los 270 votos). Sin duda que fue uno de los mayores golpes políticos en la historia de los Estados Unidos, sobre todo por como fue la campaña del excéntrico magnate y lo solo que estuvo en ella, casi sin apoyo Republicano. A diferencia de Argentina, los medios de comunicación fueron decididamente a apoyar a Hillary Clinton ya que no querían un Presidente que esté en contra del consenso de Washington y menos uno con pensamientos racistas, misógenos y xenófobos como si lo es Donald Trump y se ha encargado de manifestarlo públicamente en la campaña. Frases como la «voy a construir un muro que separe Estados Unidos de México y que sea pagado por los mexicanos» son muy recordadas y en eso se centraron los medios para evitar su triunfo.Las encuestas, otra vez, volvieron a perder por goleada. Cuando recién arrancaba la campaña con estos dos candidatos los números favorecían claramente a Hillary, pero fue Trump el que se encargó de defenestrar a la candidata Demócrata con casos de corrupción y los famosos mails. Los números siguieron dándole al Partido Demócrata pero con una paridad notable, que si se vio reflejada en la elección. Analicemos ahora porque el «fenómeno Trump» logró acceder a la Casa Blanca.
Si uno habla de un candidato solo, con los medios en contra, sin pertenecer al establishment político y económico y con la personalidad que tiene este tipo claramente parecieran lejanas las chances de ser Presidente. Sin embargo, Trump estuvo atento en el discurso y captó enseguida las necesidades de los norteamericanos. La campaña tuvo un claro enfoque conservador y hasta arcaico (muchas de sus propuestas son de un retroceso gigante) pero lo que más llamó al voto popular fue el hecho de querer aplicar una política proteccionista en la economía estadounidense y terminar con los tratados de libre comercio y el neoliberalismo. El voto de la gente fue claramente en contra del establishment y de lo que dicta el Consenso de Washington, las políticas neoliberales aplicadas en Estados Unidos generaron una pobreza enorme y, por ende, desigualdad también. ¿Por qué la gente habló de la necesidad de un «cambio»? Porque fue el neoliberalismo el que destruyó a Estados Unidos y lo dejó empobrecido enormemente. Trump entendió el mensaje a la perfección y hacía allí fue, a que Estados Unidos se preocupe por si mismo y no por ser quien administra el mundo. Ahora, ¿qué pasa si EEUU se cierra al mundo? Se puede profundizar la crisis mundial, los países deberán buscar otra salida económica si hablamos de exportaciones, aumentará la tasa de interés en la deuda (atento Mauricio) y será Estados Unidos quien deberá salir a pedir deuda. De todas maneras, el futuro yankee y del mundo es más que incierto. Así como el hoy Presidente electo ha conquistado a las clases bajas y más humildes del país, ha demostrado un odio enorme frente a los inmigrantes ilegales. Se comprometió a reportar a quienes vivían de manera ilícita en los Estados Unidos y a construir un muro en la frontera Mexicana, contradiciéndose con su primer discurso luego de ser electo, donde llamaba a «la unión de toda la sociedad y a trabajar todos juntos»
A mi personalmente no me sorprende tanto el triunfo de Trump. No tengo dudas que gran parte de la sociedad Estadounidense piensa igual que él respecto a la inmigración y que, por más que se quieran tildar de democráticos y de aceptar a todos, el racismo es parte del día a día del americano. También podemos pensar que Hillary piensa igual pero no lo dice, apelando a un discurso más amistoso y conciliador. Del lado Demócrata estaba la continuidad de Obama, el neoliberalismo, las políticas de libre comercio, mayor interés en seguir siendo el administrador del mundo, sin preocuparse tanto por lo que pase puertas adentro, y el deterioro de las clases bajas. Del lado de Trump lo que contábamos, el cambio se orientó hacía el proteccionismo, hacia los más humildes y en no mostrar interés en los tratados liberales como lo son el TPP, el ALCA, etc. Estas políticas están representadas por un magnate al que podemos calificar de fascista tranquilamente, pero no fue lo que más pesó a la hora de elegir el voto, aunque si tuvo influencia, positiva y negativa. Vale aclarar que el triunfo de Trump viene de la mano de un proceso de derechización que se está dando en el mundo con hechos como el «No a la paz» en Colombia, el Brexit en Inglaterra, y también los cambios de gobierno que se dieron aquí y en Brasil. Trump no ganó de casualidad, fue inteligente en criticar al gobierno actual junto con su candidata y en mostrar como él podía mejorar la situación económica del país. No se opuso al sistema político en general sino a como y quienes lo representan, propuso una renovación del sistema con una manera de hacer política muy distinta a la habitual en Estados Unidos, más heterodoxo, verborragico y usando a los sectores populares en su discurso.
La pregunta que nos hacemos de este lado del mundo es como impacta la elección de Trump en América Latina y sobre todo en Argentina. Vale aclarar, que desde el gobierno se decidió apoyar explícitamente a la candidata demócrata Hillary Clinton. A los elogios de Macri, se sumaron los de la Canciller Susana Malcorra y del embajador en Estados Unidos Martín Lousteau. Desde las filas del gobierno ni se imaginaban que Trump podía llegar a dar la sorpresa, se dejaron llevar por las encuestas y cometieron un grave error al salir a apoyar a Clinton y ahora, con ella derrotada, tener que buscar recomponer la relación con el Presidente electo. Se sabe ya (por más que lo nieguen) que el plan del gobierno es de carácter neoliberal, con apertura hacia los tratados de libre comercio y con una gran relación con Obama, se puede ver en el 24 de marzo pasado con su visita y no es casualidad que hayan apoyado a Hillary. Se busca, sin dudas, profundizar el ajuste y las relaciones carnales con los Estado Unidos y para aplicar todas las políticas que se necesitan (incluso la contratación de deuda) Macri necesita del apoyo y una buena relación con un gobierno neoliberal, en este caso hubiera sido el de Hillary. A Macri se le movió la estantería no quedan dudas, con un Estados Unidos cerrado y con políticas proteccionistas no hay chance de que Argentina pueda salir a pedir deuda y tampoco a exportar sus productos. Pero el golpe más duro es no poder seguir desarrollando esta política que tiene a Estados Unidos como el controlador de las políticas neoliberales. A Trump no le importan los otros países y menos América Latina. Cambiemos no puede torcer el rumbo, la crisis se acentúa (ni siquiera el posible bono puede ayudar) cae el consumo, la industria, aumentan los precios y el gobierno niega la realidad. A todo esto le sumamos que la política exterior no mejora y encima hay poca inteligencia en manifestar el apoyo a una candidata.
Cambia el mundo, sin dudas. La incertidumbre se apodera de la agenda actual y Trump llega al poder dispuesto a dar un giro en la política Estadounidense que afectará, sin lugar a dudas, la economía mundial. La Argentina no está exenta y encima el mal momento económico no da tregua.
Alejo Spinosa
@AleLVP