20″17 de octubre»

No puedo arrancar esta nota sin antes mencionar que, siete minutos antes de que yo empezará a escribir, CFK tuiteaba «No se preocupen, cuando llegue el momento, la unidad va a primar por sobre todas las diferencias, porque es la inteligencia que debe primar». Y eso es, sin lugar a dudas, lo que el Peronismo y el Kirchnerismo necesita de cara a las elecciones del año que viene. Ahora hablaremos de la lealtad y como este concepto  jugó sus distintos roles a favor o en contra del Peronismo.

Cuando decimos «sos leal», es lo mismo que decir «sos fiel» pero con una palabra más linda, con mas profundidad e historia política sobre todo. En términos políticos podemos afirmar o definir que la lealtad es defender ideas, convicciones y una ideología. Todos estos conceptos representados por un partido o agrupación política a la que ningún dirigente, perteneciente a la misma, debe renunciar o traicionar. Y acá me quedo. ¿Que consideramos traición en la política? Cuando un dirigente abandona un espacio político con el objetivo de perjudicar a este y termina acordando con la oposición. Aunque esto último no suele pasar tan explicitamente si existen casos donde las internas, y acá si nos referimos al Peronismo, generan traición y destrucción en un movimiento.  No esta mal separarse de un espacio político en pos de construir una nueva alternativa realmente fuerte o aclarar y manifestar con argumentos y solidez que ya no existe coincidencia con un cierto sector. Si existe una separación en el Peronismo (hoy representado en su mayoría por el FPV-PJ), quienes se separaran, deben saber que, salvo que cuenten con un verdadero apoyo y un caudal de votos igual o superior al 25%, no tienen chance de derrotar a la mayoría que siempre tiene, en mas o en menos cantidad, el Peronismo hoy con tendencia Kirchnerista.

El año que viene la Argentina vuelve a los comicios luego del regreso al poder de la derecha oligarca liderada por Macri. Sin dudas que hoy es apresurado hablar de elecciones con la coyuntura y el panorama que se vive. Será recién entre marzo y mayo seguramente cuando la mayoría de las listas definan sus candidatos. Pero, a un año de la elección, Cristina tiene una fuerte intención de voto y no se puede negar. ¿Ahí apunta el PJ? No se sabe aún aunque parecería lo mas conveniente teniendo en cuenta el nivel de liderazgo y alta imagen positiva que aún mantiene la ex mandataria.

Ahora adaptamos el concepto de «lealtad» a lo que se vivió este año y a lo que se puede llegar a vivir.

Quien más fue acusado de traidor por todo el Kirchnerismo fue, sin lugar a dudas, Diego Bossio. No sirvió para absolutamente nada su separación del bloque opositor junto a otros 11 diputados. Claro que si le restamos 12 al bloque del FPV se genera una gran pérdida de gente. Pero para Bossio no constituyó una gran jugada política (o eso parece) la separación. No caben dudas que podría haber acordado con Massa y sumar gente al Frente Renovador para, de verdad oponerse al FPV y a Cambiemos de manera más conciliatoria y con el argumento de ser «dialoguista». Unos tibios, si hablamos vulgarmente ¿Esto no lo hizo por que no quiso o por qué no pudo? Quedaba muy obvio Bossio yéndose con Massa.

Randazzo es la otra cara fuerte de este sector que ha decidido alejarse del Kirchnerismo para saltar a la cancha con otra camiseta. Mucho se habló, previo a las PASO del 2015, de la reunión entre el ex ministro del interior y Cristina, donde ella le ofrecía ser candidato a gobernador de la Provincia de Buenos Aires con lista única. Y acá los egos pudieron más y Randazzo desistió… Esto no fue traición, para nada. Traición es lo que puede llegar a venir. Al no tener una mayoría claramente sólida como para competir el año que viene, necesitaría del apoyo de alguien que si la tenga o de un ejecutivo oficialista actual. Hace rato que se viene hablando de un supuesto acuerdo entre Randazzo, Vidal y Massa. El objetivo es lograr que la legislatura bonaerense apruebe el endeudamiento previsto para el 2017, algo que hoy parece difícil . La gobernadora también busca reemplazantes en la Defensoría del pueblo, (no hay referente hace dos años),  la Suprema Corte, el Tribunal de Cuentas y la Procuración General. Vidal aceptaría una negociación de estos cargos con gente allegada a Randazzo y al Massismo. Sin duda que si el de Chivilcoy llega a acordar con Vidal y hasta se anima a lanzarse como candidato con su apoyo se empezaría a hablar de una falta de ética, convicciones e ideales políticos que defender. Parece difícil que esto suceda pero no nos olvidemos que Randazzo daría cualquier cosa con llegar a competir con Scioli en unas PASO o fuera de ellas también. No sería descabellado pensar en otra fuerza que surja y tenga como líder al ex ministro.

Y si de lealtad hablamos, no podemos obviar a Daniel Scioli. Alguien que tenía todos los números para romper con Cristina y a quien siempre se lo acusó de «sumiso» o de tener un exceso respeto hacia la entonces Presidenta. No caben dudas que su sueño fue y seguirá siendo la Presidencia y ha armado una estrategia para lograrla (ya sabemos como terminó todo). En el 2011, cuando Cristina estaba definiendo si realmente iba a ir por la reelección, fue Scioli quien desde un principio dijo estar preparado para ser el candidato del FPV. Obviamente eso quedó en la nada y Cristina arrasó ese año. Fueron ocho años donde, con idas y vueltas, se mantuvo pegado a CFK siempre, demostrando lealtad y acompañamiento. ¿Tuvo sus contradicciones? Por supuesto, como las tuvimos todos. También vale aclarar que no tuvo la mejor gestión en la Provincia de Buenos Aires y eso se pagó. Fue Cristina quien decidió devolverle su confianza con la candidatura a las elecciones del 2015 y sin interna previa. Un Scioli confiado llegó a agosto pensando que en octubre zafaba del ballotage y,como ya sabemos, nada de esto pasó. La derrota de Scioli y del FPV tiene responsables dentro del Peronismo, y no están muy lejanos al Kirchnerismo. De nada sirve seguir hablando de las elecciones diez meses después. Ha sido un dirigente leal que ha defendido sus intereses como lo han hecho todos. Pese a las acusaciones que se le han hecho sobre la «tibieza» o él «no saber para que lado va» tienen que ver con un estilo de hacer política que a algunos les puede gustar y a otros no. Hoy en día posee el caudal de votos mas Peronista de todos y llega al 49%, será con eso con lo que el Peronismo tenga que jugar para llegar a 2017. Seguramente dividido, pero con clara tendencia hacia algunos.

Con lealtad no se gana está claro, pero si influye y mucho. La gente no es necia. De alguna manera la traición es castigada con ignorancia y olvido. Si el discurso del diálogo significa un acuerdo con los Buitres y co-gobernar la provincia de Buenos Aires queda demostrado que los verdaderos intereses del campo nacional y popular no se reflejan en esos dirigentes. La lealtad no tiene solo componente Peronista y ,hoy en día, el Kirchnerismo ha sabido incluir al Radicalismo que de verdad quiere seguir profundizando la lucha por volver a instaurar las políticas inclusivas en la Argentina. Esto es lo que tienen que defender los leales.

@AleLVP

Alejo Spinosa

 

 

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