Primero fue la pesada herencia, luego siguieron las denuncias por corrupción sumado al esfuerzo que tenía que hacer cada argentino para «sacar todos juntos el país adelante», ahora llegó una nueva defensa por parte del gobierno. «Nos quieren desestabilizar los Kirchneristas golpistas», si así como suena con verso y todo.
Todos los días, hace rato ya que se vienen produciendo marchas, movilizaciones y concentraciones populares en repudio a las políticas de ajuste, pobreza y debilitamiento de los sectores sociales con menos recursos. ¿Le importará a Macri esto? Lo que si le importó al oficialismo (tanto gubernamental como mediático) fue la marcha de la resistencia del pasado sábado, donde se cansaron de tildar a los participantes de golpistas con intento desestabilizador hacia el gobierno. Allá lejos quedaron el 8N, las marchas por Nisman y los piquetes del campo donde se gritaba fuerte el «se va a acabar la dictadura de los K». Oídos sordos y ahora los desestabilizadores son ellos, los que ponen palos en la rueda son los que no se bancan la Democracia que, vale aclarar, está dejando en ruinas a miles de personas. ¿Democracia para quién? Para el agro, para los bancos la clase alta. Se llegó a utilizar el término subversivo para referirse a este acto donde participaron Hebe de Bonafini, Máximo Kirchner, entre otros. El diario «La Prensa» tituló con esa palabra, la misma que emplearon los militares en los años que estuvieron al poder. Repudio de punta a punta. Entendible es que medios de derecha, políticos de derecha no comprendan el valor de una movilización en contra de los desastres que ellos mismos provocan. Sobre todo cuando se convoca a una marcha en defensa del Presidente y asisten apenas unos cientos de personas. No es su fuerte las concentraciones populares ya lo sabemos.
Si no hay un conductor claro de la oposición, debe ser la gente quien tome partido de esto y salga a las calles, a hacerle frente al Gobierno de Cambiemos. Pero ojo, que tanto acto seguido puede provocar una naturalización de los mismos y por ende un desinterés de la sociedad. Si hay algo que el Kirchnerismo dejó y está más presente que nunca es lo que Cristina llamó «empoderamiento» que es, justamente, el poder que la gente tiene para expresarse y movilizarse (sin ningún tipo de pago por ello, aviso por las dudas) para resistir y parar a este gobierno neoliberal que viene a llevarse todo lo conseguido en estos años. El viernes 2 de septiembre se producirá el regreso de la «Marcha federal», la misma que se realizaba en los noventa frente a Carlos Menem. Las provincias se movilizarán hacia la Plaza de Mayo junto a los líderes sindicales más importantes para, todos juntos, hacerle saber al Gobierno que hay un pueblo despierto y de pie. Se espera una gran convocatoria de gente y un importante cese de actividades en grandes puntos del país.
Habrá que ver hasta que punto tolerará Macri y compañía todo este tipo de manifestaciones sabiendo que las mismas frenan a los inversores quienes saben el estado real del país. No son bebés de pecho, saben que no tiene ningún sentido venir a invertir a un país donde crece el desempleo, la pobreza, se agudiza la recesión y el gobierno recibe marchas todos los días. Y por si fuera poco, volvió el FMI y, como no podía ser de otra manera, aprobó la gestión actual.
Será tiempo de lucha y, espero, con unidad por parte del Peronismo. Si sigue habiendo 3 o 4 Peronismos distintos Macri tiene el camino libre para dar otro golpe el año que viene. No alcanza con hacer saber a la gente de los problemas socioeconómicos que se están atravesando mientras se sigan comiendo el verso de la pesada herencia.
Habrá que usar la cabeza y poner el cuerpo. Son los noventa plus pero con gente más despierta y con fuerzas para resistir las puñaladas de la derecha. No nos han vencido.
Alejo Spinosa